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EMPRENDIMIENTO CON PERSPECTIVA DE GÉNERO- MUJER EJECUTIVA (POTENTOR)

Cuando las personas acometen una obra, negocio o un empeño que tiene cierto grado de dificultad o peligro, se dice que están emprendiendo.

Hay personas que procuran  evitar a toda costa realizar acciones que impliquen salirse de su zona de confort o algún riesgo, pero otras, especialmente los que llamamos emprendedores, se sienten cómodos ante las situaciones inciertas, desconocidas, identifican oportunidades y luchan para ganar, reaccionando con intuición, flexibilidad y apertura.

Este tipo de personas, las emprendedoras, tienden a sentirse bien en un mundo laboral como el actual, en el que existen desafíos importantes, en el que se requieren personas preparadas, que confían en ellas mismas y que son capaces de hacer equipo para lograr sus objetivos en un mundo incierto y altamente competitivo.

Un espacio para todos

Hoy en día podemos encontrar no solo hombres emprendedores, sino también mujeres que se han venido preparando y que, a base de talento, esfuerzo, inteligencia y voluntad, han sido capaces de cruzar el famoso «techo de cristal» y están ganando terreno en el área empresarial.

Encontramos así mujeres emprendedoras en muchos ámbitos laborales, administración, planeación, marketing, finanzas, contabilidad, derecho y tantas otras que sería difícil nombrarlas todas, lo que sí es un hecho es que, por fortuna para todos, cada vez se encuentran más mujeres aportando su experiencia y conocimientos en un mundo empresarial antes manejado casi exclusivamente por hombres. .

En la última década se registra un incremento importante del emprendimiento femenino en todo el mundo, siendo especialmente significativo en México ya que, de acuerdo con el Inadem, la tasa de participación en los negocios ha aumentado en un 19 por ciento.

En sus inicios, este incremento se debió principalmente a aspectos sociales y económicos que fueron obligando a la mujer a salir de casa e incorporarse al mercado laboral, pero,  con el paso del tiempo,  la mujer fue dándose cuenta que el trabajar fuera de casa  no sería algo temporal, sino una alternativa de vida para muchas, con lo cual, de cara al futuro, muchas  dedican tiempo  y esfuerzo a prepararse con ahínco para enfrentarse a campos de trabajo que una vez estuvieron solo abiertos a los hombres.

Además, en mi opinión, las motivaciones que impulsan a hombres y mujeres para abrirse camino en el mundo empresarial son distintas. Las de los hombres suelen estar basadas en el ego y en la búsqueda de poder, las de nosotras, las mujeres, se basan más en la necesidad de reconocimiento.

El reto para las mujeres

Queda claro que siguen existiendo muchas barreras de entrada para la mujer al momento de emprender, algunas de las cuales propiciadas por las propias circunstancias familiares (responsabilidades del hogar, cuidado de la familia, etc.), y otras provenientes de los prejuicios laborales que por desgracia siguen existiendo y que nos impiden acceder a las redes de contactos, a las fuentes de financiación o a los clientes con la misma objetividad que se nos brindaría si fuésemos hombres. Algunos estudios plantean que las mujeres son discriminadas por instituciones bancarias y otros sostienen lo contrario; la gravedad del problema lo determina el hecho de que se hagan estudios de un tema que no debería ni existir.

Las mujeres que muestran tendencia a trabajar por su cuenta, por lo general se asocian con familiares o amigos, algunas por decisión propia y muchas obligadas por las circunstancias previamente comentadas.

En resumen, la inclusión de las mujeres en el sector empresarial como emprendedoras ha tenido un impacto importante en Latinoamérica durante la última década y la gran esperanza es que la cifra de mujeres emprendedoras sigue aumentando. Aún es pronto y es evidente que se requiere seguir avanzando sin desfallecer en ese camino de obstáculos formados por los paradigmas y prejuicios establecidos a lo largo de los años, pero debemos tener claro que el mundo está lleno de oportunidades y que depende exclusivamente de nosotras aprovecharlas sin importar el tiempo o el esfuerzo que ello demande.